La negociación de más alto nivel entre Rusia y Ucrania desde el inicio de la invasión ha terminado este mediodía en Turquía sin visos de que la paz esté más cerca. En su lugar, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba, se han lanzado graves acusaciones en sus respectivas ruedas de prensa -la una pisando a la otra- ante la perplejidad de su anfitrión turco, Mevlüt Çavusoglu.
El veterano Lavrov ha aprovechado el altavoz para renovar las exigencias rusas sobre «la desmilitarización, desnazificación y neutralidad de Ucrania», que según él, «no puede ser ni un experimento occidental ni una Antirrusia». El diplomático, que ni siquiera ha reconocido la invasión rusa, ha vuelto a hablar de «escudos humanos» y ha rechazado que la maternidad bombardeada ayer en Mariupol estuviera en funcionamiento: «Advertimos hace tres días que se había convertido en el cuartel del Batallón Azov» (milicia ultraderechista incorporada al ejército ucraniano).
Su homólogo ucraniano dijo haber venido al encuentro de Antalya, en la costa turca, con el único objetivo de presionar a favor de «corredores humanitarios, singularmente en Mariupol», pero que no parecía estar al alcance de Lavrov. Este, por su parte, dijo que las rondas de negociaciones en Bielorrusia eran el marco adecuado para encontrar una salida a esa y otras cuestiones. También se burló de la autonomía del equipo negociador ucraniano, al recordar que uno de sus miembros había sido ejecutado sumariamente a su regreso de Bielorrusia.
Sanciones
Lavrov dice que los rusos no dependerán nunca más de Occidente para nada esencial
Mientras que Kuleba exigió al ejército ruso que abandone los gasoductos y centrales nucleares de Ucrania, en evidente riesgo en zona de conflicto, Lavrov contraatacó con la existencia de varios laboratorios de patógenos financiados por Estados Unidos en territorio ucraniano -algo reconocido ayer por Washington- que él consideró una violación de lasa convenciones internacionales contra armas biológicas.
Con su frialdad característica, el jefe de la diplomacia rusa dijo reconocer una virtud a las sanciones sin procentes aplicacas por Estados Unidos y sus aliados: «Nunca más estaremos a merced de Occidente en nada sustancial para nuestras vidas». También tildó de irresponsable la entrega de multitud de «sistemas antiaéreos móviles, como los usados por los terroristas».
Al término de la reunión tripartita, que ha durado apenas una hora y media, el jefe de la diplomacia ucraniana se ha mostrado no obstante dispuesto a repetirla con el mismo formato en otro lugar. También ha llamado a una «tregua humanitaria de veinticuatro horas».
