El arte del barismo interesa cada vez más a los jóvenes del país y podría permitir el relevo generacional que la caficultura de El Salvador necesita, según la Escuela de Café, impulsado por el Consejo Salvadoreño del Café (CSC).
«El barismo los empieza a envolver en el arte del café especial a los hijos de caficultores. Hemos tenido casos en los que ellos no tomaban café o tomaban uno malo, teniendo en su propia finca, pero cuando ya conocen el área de la preparación de la bebida, prácticamente se les transforma la visión que tienen (…) otros se interesan por el arte latte o la preparación de bebidas a base espresso o café filtrado», expuso Manuel Vindel, jefe de Promoción y de este centro de formación.
A través de la Gira del Café, la escuela brinda capacitaciones en zonas rurales para «acercar los servicios a productores o estudiantes que probablemente no tienen acceso cuando los costos son altos». La prioridad son jóvenes y que sean hijos de productores de café de la zona, a quienes también se les capacita en emprendedurismo.
«Trabajamos con organizaciones locales que nos ayudan a identificar a estos jóvenes que necesitan y quieren aprender de café. En algunos casos hemos llegado, capacitado y nos dicen: ‘ya tengo mi puestecito de café’», expuso.
Según Vindel, una de las metas para 2022-2023 es colocar a El Salvador de nuevo en el mapa de los finalistas de barismo y métodos. En 2011, el salvadoreño Alejandro Méndez fue campeón en el World Barista Championship haciendo ganar por primera vez a un país productor de café
«El talento sabemos que está, pero muchas veces sucede que a nivel nacional no tenemos las posibilidades para explotarlo», manifestó.
La Escuela de Café de El Salvador fue creada en 2007, para recibir a estudiantes y profesionales que deseen aprender o reforzar sus conocimientos en diferentes especialidades relacionadas al café.