El argentino Herman Zapp conduce su automóvil, un Graham-Paige de 1928, con su familia a bordo, cerca de Gaualeguaychú, provincia de Entre Ríos, Argentina, el 10 de marzo de 2022. La familia espera terminar el domingo un viaje de 22 años alrededor del mundo que comenzó el 23 de enero de 2000 en la plaza República de Buenos Aires. /AFP
Tras 362.000 kilómetros recorridos en cinco continentes a bordo de un auto de 1928, la familia Zapp culmina en Argentina, su país, la aventura viajera que comenzó hace 22 años, convencida de que la «humanidad es maravillosa».
La ciudad de Gualeguaychú, en la frontera de Argentina y Uruguay, es una de las últimas paradas antes de llegar el domingo al Obelisco, el famoso monumento en el corazón de Buenos Aires desde donde partieron Candelaria y Herman Zapp el 25 de enero de 2000. Vuelven con cuatro hijos adolescentes, nacidos en
Así quedó preparado para la llegada de Paloma, nacida hace 14 años en Canadá, y Wallaby, en Australia hace 12.
Ahora se sumaron Timon, el perro, y Hakuna, la gata, adoptados durante una reciente estadía en Brasil, donde quedaron varados en 2020 por la pandemia del covid.
Desde el techo, cae una lona que les da privacidad adentro del vehículo, donde duermen los padres. Llevan el maletero como cocina y en el motor pueden cocinar huevos y salchichas o calentar agua. Debajo de los asientos se guarda la ropa y los útiles. Como si fuera un caracol, el coche antiguo sirvió por muchos años de casa familiar.
«Es una casa pequeña pero con un jardín enorme, con playas, montañas, lagos. Si no gusta el paisaje, se puede cambiar», bromea Herman. En la carrocería se lee: «Una familia viajando alrededor del mundo».
En general, los Zapp se hospedaron en casas. Estiman en 2.000 los hogares que los recibieron. «Es increíble la humanidad», se entusiasma Candelaria sobre la solidaridad recibida. «Muchos nos ayudaron solo por ser parte de un sueño».
Pero no todo fueron rosas. Durante el viaje Herman contrajo malaria, atravesaron Asia cuando había gripe aviar, África con el ébola, Centroamérica con dengue.
«Salimos de un covid, entramos en una inmensa guerra, si esperamos el momento adecuado, va a haber siempre una razón para no cumplir los sueños», dice Herman.
Argentinos como Messi y el papa
Por las calles de Gualeguaychú, las bocinas saludan el paso del Graham-Paige. Fanáticos de autos antiguos se acercan maravillados para sacarse una foto. Algunos compran un ejemplar del libro «Atrapar un sueño», en el que los Zapp cuentan las experiencias vividas. Con 100.000 ejemplares vendidos hasta ahora, es su principal fuente de ingresos, aseguran.
Otros «abre-puertas» por el mundo fueron el astro Lionel Messi y el papa Francisco, por ser argentinos, como ellos. Incluso, los han ido a visitar para agradecerles y llevarles su libro.
Todo empezó como un viaje de seis meses, sin teléfonos celulares ni GPS, y solo 4.000 dólares ahorrados. Llevó cuatro años y un hijo llegar a Alaska, regresaron en barco a Argentina y recorrieron el país. Después siguió África, Oceanía, Asia y Europa
Tocaron el monte Everest, probaron balut (huevo de pato fertilizado) en Asia, bailaron con los himba en Namibia, entraron en la tumba de Tutankamón en Egipto, navegaron muchos mares.
Para los hijos, fue una experiencia directa que completó el colegio a distancia y las clases de la madre. En Argentina les espera la escuela presencial.
«Lo que más quiero es hacer muchos amigos», dice Paloma.