Según datos del Observatorio de Violencia contra las Mujeres de la Organización de Mujeres Salvadoreñas (Ormusa) señalan que el 31.06 % de los casos registrados en 2021 corresponden al delito de estupro en niñas y adolescentes.
A demás acuerdo con la organización, de los 3,284 casos de violencia sexual registrados en 2021, unos 1,020 fueron violaciones en menores de edad, tipificadas bajo el delito de estupro.
Los datos del Observatorio y los números de casos de estupro son alcistas, comparados con el año 2020, cuando se registraron 833 casos, es decir, un aumento del 24.4 % de los casos.
Cabe destacar que, de los 1,020 casos de estupro registrados, un 52.28 % de las víctimas eran niñas adolescentes de 13 a 17 años de edad, es decir, 992 violaciones.
Así mismo, cinco tenían entre 18 a 30 años, y 23 no fueron identificadas en ningún grupo etario.
Con los datos del departamento que más delitos de estupro registró en contra de menores fue San Salvador con 199, mientras que Chalatenango reportó 18 casos. Todos los departamentos registraron casos de estupró, pero solo Santa Ana más del centenar.
Así mismo, hubo 46 hechos que no se registraron en departamentos, sino bajo la categoría de “no determinados”.
Naturalización.
La directora del Centro de Estudios de la Mujer (Cemujer), Ima Guirola, explicó que “desafortunadamente” las cifras de violaciones en contra de mujeres y niñas en el país están siendo naturalizadas, y genera las condiciones para la impunidad
“Hay una sociedad que ha naturalizado, justificado y legitimado la violencia contra las mujeres que nos ubica en un contexto de impunidad legal y social, siendo la propia sociedad, la propia familia que muchísimas veces incubré las violaciones sexuales, pero además de incubrir generan las condiciones de revictimización”, explicó Guirola.
Añadió que esa naturalización de la violencia sexual ha generado las condiciones de la cosificación del cuerpo de las mujeres y fetichización.